Humedad Zero

Las viviendas antiguas tienen una personalidad especial: techos altos, paredes gruesas, y un encanto que simplemente no se encuentra en las construcciones modernas. Sin embargo, también es común que presenten un problema persistente y complejo: la humedad. A lo largo de este artículo desgranamos las principales soluciones para la humedad en viviendas antiguas, entendiendo sus causas y cómo abordarlas de manera efectiva.

¿Por qué las casas antiguas son más propensas a problemas de humedad?

Las construcciones antiguas fueron edificadas con técnicas y materiales distintos a los actuales. Esto, unido al paso del tiempo, favorece la aparición de diferentes tipos de humedad que afectan tanto a la estructura como a la habitabilidad.

Materiales de construcción tradicionales

En muchas casas antiguas, los muros están hechos con piedra, adobe o ladrillo macizo. Estos materiales, aunque robustos, son porosos y absorben la humedad ambiental o del terreno con facilidad. A diferencia de los sistemas modernos, no cuentan con recubrimientos impermeables integrados, por lo que la humedad sube lentamente por las paredes sin encontrar barreras que la detengan.

Ausencia de barreras antihumedad modernas

Las barreras físicas o químicas contra la humedad, como las láminas asfálticas o las resinas hidrófugas, no se utilizaban en la mayoría de viviendas construidas antes del siglo XX. Esto deja a los muros vulnerables a la capilaridad, una de las formas más persistentes de humedad. Sin estas defensas, el agua del subsuelo puede ascender libremente a través de los capilares de los materiales, deteriorando la estructura con el tiempo.

Tipos de humedad comunes en construcciones antiguas

Conocer el tipo de humedad es fundamental para aplicar una solución efectiva. En casas antiguas pueden coexistir varias causas y manifestaciones.

Humedad por capilaridad en muros de piedra

Es una de las formas más típicas. El agua del terreno asciende por los muros mediante un fenómeno físico llamado capilaridad. Este tipo de humedad suele verse en la base de las paredes, donde se forman manchas, eflorescencias salinas y desconchados. No basta con pintar: se debe cortar el paso de la humedad mediante inyecciones de resinas o barreras físicas.

Condensación por falta de ventilación

Las viviendas antiguas, al estar cerradas o tener ventanas menos eficientes, acumulan vapor de agua que, al no poder salir, se condensa en superficies frías como paredes o cristales. Esto genera moho y sensación de humedad constante, especialmente en invierno. En estos casos, la ventilación cruzada o sistemas de extracción forzada son soluciones sencillas pero eficaces.

Filtraciones por tejados y muros porosos

Los tejados antiguos con tejas deterioradas o canalones obstruidos pueden permitir el paso del agua. Lo mismo ocurre con muros de piedra o ladrillo sin tratamientos repelentes al agua. Detectar estas filtraciones y aplicar selladores o impermeabilizantes adecuados es esencial para evitar daños estructurales mayores.

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Diagnóstico profesional: el primer paso antes de actuar

Antes de aplicar cualquier solución, es imprescindible realizar un diagnóstico preciso. No todas las humedades tienen la misma causa, y un error en la identificación puede llevar a tratamientos ineficaces.

Métodos no invasivos de inspección

Hoy en día existen herramientas tecnológicas como cámaras térmicas, medidores de humedad por radiofrecuencia o escáneres de superficie que permiten evaluar el problema sin necesidad de romper paredes. Esto es ideal para viviendas patrimoniales o cuando se quiere minimizar el impacto en la estética original.

Evaluación estructural y de aislamiento

Además del tipo de humedad, el técnico debe evaluar el estado de la estructura, los aislamientos y el sistema de ventilación. Todo influye en la capacidad de la vivienda para gestionar la humedad. En muchos casos, la solución pasa por combinar varias acciones: mejorar la ventilación, impermeabilizar y reforzar el aislamiento térmico.

En resumen, resolver los problemas de humedad en casas antiguas no es solo una cuestión estética: afecta a la salud de quienes viven en ellas y a la durabilidad del inmueble. Por eso, contar con el diagnóstico de una empresa especialista en reparación de humedades puede marcar la diferencia entre un tratamiento duradero y una solución temporal.

Abordar la humedad con criterios técnicos, desde la causa hasta la ejecución del tratamiento, es clave para conservar el valor y el confort de las viviendas antiguas. Y aunque el encanto de lo viejo siempre tiene un precio, la humedad no tiene por qué ser parte de él.

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