Las humedades por capilaridad son uno de los tipos de humedad más frecuentes en viviendas y edificios. Un fenómeno que se da cuando la humedad presente en el suelo asciende por los muros a través de los materiales de construcción. Los problemas que puede generar en la estructura son numerosos.
No en vano, va a afectar a la consistencia de los materiales y a favorecer el crecimiento de moho y hongos. No se trata, por tanto, de un problema únicamente estructural. También es muy perjudicial para la salud de las personas que viven en la casa. Especialmente aquellas que tienen problemas respiratorios, alergias o asma.
Te contamos 5 señales que te indican que sufres humedades por capilaridad
Detectar las humedades por capilaridad es muy importante para tratar de solucionar el problema. Además, es necesario determinar el origen del foco para así poner en práctica el tratamiento más adecuado. Te mostramos, a continuación, los principales síntomas indicativos de este problema.
Mal olor
El mal olor es uno de los signos más evidentes de un problema de humedad. El olor proviene, fundamentalmente, de la proliferación de hongos y bacterias que crecen en los ambientes húmedos. Estos microorganismos se alimentan de materia orgánica y liberan compuestos volátiles que suelen tener un olor muy desagradable.
Manchas de humedad en las paredes
Las manchas en las paredes aparecen cuando la humedad del suelo se filtra a través de los poros y las grietas de los muros. El agua sube por la pared debido al efecto de la capilaridad. A medida que el agua asciende, arrastra consigo sales minerales y otros elementos contaminantes del suelo. Todos estos se depositan en la pared cuando el agua se evapora, dejando unas manchas desagradables y antiestéticas en la superficie.
Deterioros de paredes, rodapiés o muebles
La presencia constante de humedades por capilaridad va a provocar la degradación y el deterioro de paredes, rodapiés o muebles. La humedad disuelve y arrastra los minerales de los materiales de construcción, provocando su desintegración y la pérdida de cohesión y fuerza en las estructuras. Además, la proliferación de hongos y bacterias también degrada materiales como la madera.
Grietas en los muros
A medida que el agua asciende por los muros y se evapora, la sal que contiene se cristaliza ejerciendo presión sobre la estructura de las paredes. Esto es lo que va a provocar, precisamente, la aparición de grietas en la superficie. Estas grietas van a permitir que entre más agua en el interior del edificio y se produzcan más daños.
Ácaros, moho o bacterias
El ambiente que se crea con las humedades por capilaridad es propicio para la aparición de ácaros, moho y bacterias. Estos organismos se alimentan de la humedad y de las sustancias orgánicas presentes en los materiales. Además, la propia humedad es la que facilita que las bacterias y el moho se reproduzcan más rápìdamente.
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